Sally es la sirvienta de Basco, entregada a este por el Imperio Zangyack. O, al menos, eso se deduce de su naturaleza. A pesar de no hablar más que con los gañidos propios del simio que es, es inteligente y lo demuestra. En su interior alberga los Droides Elementales que emplea su amo al luchar contra los Gokaigers.
Su función aparte de esa es la de ayudante y guardaespaldas de Basco. Un trabajo en el que es buena, muy buena. Solo tres veces es alcanzada por un ataque. La primera, cuando usando los poderes de los Megarangers, es engañada. La segunda, por un golpe de Damaras que atraviesa su guardia. La tercera, cuando el propio Basco ataca a su sierva como parte de un plan para hacerse con todos los Grandes Poderes y el Galeón Gokai.
Nunca jamás ataca a nadie. Ni en una ocasión. Se limita a interponerse entre el golpe y su amo, sin más. Y los resiste todos, salvo los ya dichos. Esta impenetrabilidad hace perder los nervios a los héroes en más de una ocasión, lo que redunda en beneficio de Basco, ya que así fallan más a menudo en su empeño.
Sally muere traicionada por Basco. Gracias a un plan que implica atacarla y esperar (acertadamente) que los héroes se apiaden de la mona y la recojan. Pero al final, la actitud de estos, acogiéndola a pesar de ser su enemiga y tratándola con compasión, hace que cambie de lealtades. En ese momento, Basco revela su plan B: El medallón de Sally es una bomba. Los héroes no mueren porque la ex-sierva del corsario logra meterla dentro de su cuerpo en el último momento, sacrificándose.
Un caso de redención por muerte, dramático y que marcará la posterior reacción de los héroes. Sally, a pesar de ser quien y lo que era, era fiel, leal, servicial y no esperaba nada más a cambio que estar al lado de su amo. Y servirle. Unos momentos finales de protagonismo que acaban de forma trágica.
Un personaje sin mucho peso argumental, pero con esa presencia que hace que siempre acabe por surgir al hablar de esta serie.
Mañana conoceréis a su amo. Ruego extrema precaución: es peligroso, armado y letal. Y no en ese orden.
¡Nos leemos!
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