miércoles, 13 de febrero de 2013

Madan Senki Ryukendo: Gente de Akebono City (2 de 2)



Hoy tengo el honorable placer de presentaros a…


Ichiko Nakazaki y Ritsuko Takakura. Dos mujeres policía que comparten casa y entusiasmo por su trabajo. De hecho, son las dos únicas agentes de todo el departamento que adoptan un papel activo en la lucha contra los Jamanga. Con un arsenal dicho sea, que va escalando hasta límites que de puro absurdos rozan la lógica. Pistolas, rifles, hasta un cañón del SWAT.

Durante el torneo de artes marciales son descalificadas por emplear un bazooka y un rifle de precisión. Con una habilidad envidiable, todo hay que decirlo. En otra ocasión, mientras Ritsuko estaba ausente (unas merecidas vacaciones), Ichiko fue objeto de las atenciones románticas de un amnésico Rock Crimson. Ella le correspondió… hasta que el villano recuperó su memoria.

Unos personajes que se hacen querer nada más verlas aparecer en su diminuto coche patrulla. Pobre de quien se atreva a discutir una multa con ellas.

Hay muchos más personajes dignos de mención. Dad su cantidad, quien estas líneas escribe ha decidido seleccionar a los que por las razones que sean en cada caso más le llamaron la atención. Con todos vosotros:


 Dueños de tienda. En el distrito comercial de Akebono City. Su local es frecuentado por Narukami, que compra allí su comida. Los primeros ciudadanos que conoce al salvar a su perro del ataque de una Bestia Demoníaca. Con una confianza inquebrantable en los actos de los héroes.


 Yesero. Ni siquiera el ataque del castillo aéreo de Jack Moon logra apartarle de su trabajo. Tiene que terminar su trabajo y eso es lo primero. Padre de un cantante de heavy metal que es confundido con un Jamanga por venir de un concierto sin quitarse el maquillaje.


 Monje del templo situado en el parque de Akebono City. Su inconfundible silueta con bigote y peluca afro gigante siempre es preludio de que algo va a pasar.

Alcalde. A la cabeza de la tercera edad de la ciudad, y usando viejos cazas de la guerra, dirige un ataque contra la fortaleza aérea de Jack Moon. Prueba viviente de que en Akebono City no son unos cobardones (bueno, salvo cierto trío) y más vale no cabrearles. ¡Echa en cara al yesero que llega tarde al ataque! Pero tenia excusa. Tenía un trabajo que acabar.

Una ciudad y unos habitantes a los que no se les puede evitar coger cariño. ¿Y a quienes se enfrentan? A partir de mañana les conoceréis. Os aseguro que son una galería de lo más peculiar…

¡Nos leemos!

1 comentario:

José Andrés dijo...

Como se nota que estas historias no estan ambientadas en España.
Esta gente vive por y para su trabajo.
En cambio aquí, al menor indicio de ataque, ya estabamos todos en la Patagonia.
Por lo menos.