El Barón Bloody. Típico villano soberbio,
arrogante y que se cree mejor que todos aquellos que le rodean. Ya en la recta final de la serie, cuando se
descubre que él, Rock Crimson y Lady Gold fueron creados para albergar los
fragmentos de la Llave Definitiva es el primero en atacar al Doctor Gusano. Y
el que lo hace con más saña. No, no le matan, pero le tratan aun peor que antes.
Bloody
se caracteriza porque, para ser un Jamanga, muestra una afinidad extraordinaria
para todo lo que sean engendros tecnológicos. Va casi siempre acompañado por un
Tsukaima que él mismo ha modificado con piezas cibernéticas. De hecho, por la
actitud del mismo, se puede deducir que no es ya como un Tsukaima corriente.
Pero si
hay algo que le define es el papel en el trasfondo de la historia. Años antes
de que empiece la trama, él fue el responsable de la muerte de los padres de
Koichi/Ryujin. Padres que recuerdo una vez más, fueron los ingenieros mágicos
(que no magos) responsables de la creación de los trajes de los héroes. Cuando
Koichi lo descubre de la manera más casual (pasa por azar cerca de donde se
halla el Barón Bloody y le oye contárselo a un secuaz)… Bien. Digamos que el
villano gana el peor enemigo que podía haber conseguido.
Es el
responsable de la creación de Mechani-Moon. Usando los restos del cadáver de Jack
Moon, convierte a este en un robot sin voluntad, pero reteniendo todo el poder
del mismo. Un arma supuestamente perfecta.
El
barón Bloody es un villano de la escuela de la arrogancia. Mejor dicho. De esos
que tienen un ego tan inmenso que necesitan dos asientos cuando viaja en avión.
Tiene el detalle de ser un Jamanga mecánico, casi tecnológico. Se cree mejor
que nadie... y eso le convierte en una especie de matón entre los suyos. De
todos los villanos, es a quien menos le importa el destino o suerte de sus
colegas. Aunque hay que reconocer que la creación de Mechani Moon es una
hazaña.
En
resumen: Soberbio, desprecia a sus semejantes y capeón del egocentrismo…
Y en la
próxima entrega conoceréis a un personaje… peculiar
¡Nos
leemos!
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