Y aquí nos hallamos. Akebono City. Una
ciudad tranquila y apacible. Aun a pesar de los continuos incidentes y ataques
de los Jamanga, una raza de demonios. La acción comienza con el protagonista
entrando a pie, mochila al hombro, por el puente que lleva al barrio comercial.
Ni cinco minutos después, ya se ve metido
en medio de un ataque dirigido por el Doctor Gusano (si, es su nombre. Aparte
de feo y villano, un nombre que se presta al chiste fácil). Se las arregla como
puede para defenderse durante el ataque, salvar al perro de un aciano
matrimonio y ser salvado el mismo por RyuGunOu.
Llega a Akebono City para integrarse como
miembro de la policía. Aunque claro, todo cambiará cuando el que luego será su
Núcleo Madan (la fuente de su poder) le escoja como compañero. Ante el pasmo y la
queja de cierto miembros de la base local de SHOT, la organización
internacional que lucha contra los Jamanga y defiende los Puntos de Poder de la Tierra.
Y por alguna razón, el situado en Akebono
City parece ser especialmente intenso. ¿Razón? Los villanos, sin que se sepa
muy bien porque, solo atacan Akebono City de forma continua. Su fin es reunir
la suficiente Energía Minus (originada a partir de los sentimientos y emociones
no tanto negativas como perjudiciales: inseguridad, miedo, tristeza…) para
revivir a Daimaou-sama, su líder.
Los habitantes de la ciudad, por una vez,
no son un grupo de cobardones que se dedica a correr y gritar tan solo. De
hecho, algunos protagonizan parte de las escenas más chocantes de todo el metraje.
Como en la escena del ataque al castillo aéreo.
Y mañana os presentaré a los tres
Guerreros Madan. Pero nada de cámaras, por favor. Tienen que mantener secreta
su identidad.
¡Nos leemos!
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