Llegué
a esta serie llevado por mi intención de ver series tokusatsu clásicas. De los
1970 y 1980. Siendo sincero, al principio no esperaba gran cosa. ¿El resultado
final?
Ante
todo, hay que reconocer una cosa: Es una serie que no ha envejecido bien. Me
refiero en concreto a los efectos especiales. Esta serie tiene ya 39 años, y se
nota en el aspecto técnico. Hay trucos que se notan demasiado. ¿Pero sabéis
que?
No. Me.
Importa.
Y no me
importa porque lo que yo buscaba cuando conocí a K era una historia. La de uno
de los muchos hijos de Ishinomori Shotaro. Y la encontré. Por supuesto que en
ese sentido, mejores efectos especiales hubieran ayudado muchísimo más a la
narración. Pero aun así, disfruté la serie.
Todo
hay que decirlo. Los tres últimos capítulos son un puro delirio. No diré
porqué, porque hay que verlo par creerlo. Pero si diré esto: Si BAD no hizo eso
desde el principio… quizás era por eso que vendía sus criminales servicios. Para
financiarse y poder llevarlo a cabo. La historia progresa de modo que, de una
especie de drama policial se convierte en la pura historia de un superhéroe.
Con un ritmo quizás algo acelerado (son solo veintiséis episodios después de
todo), pero que no llega a convertirse en un salto brusco.
¿Conclusión?
A mi me gustó. Merece la pena verla. Hay series mejores, si. Pero K es único,
contribuyó a dar variedad en una era dorada del tokusatsu televisivo. Y eso hay
que reconocerlo. E incluso hoy en día es recordado… como demostraré en el
futuro.
¡Nos
leemos!
2 comentarios:
Queda claro que la variedad es de agradecer, y más en los tiempos que corren.
Por eso nunca está de más volver la vista atrás y deleitarse con estas series.
¡Larga vida a K! ;)
Y tan larga. hay un título posterior en el cual fue homenajeado. ¿Te suena Q, de Street fighter 3?
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