Magira es el ser
más mezquino, demente, despreciable, ruin, arrogante, soberbio, megalómano,
repugnante y digno de odio que jamás he visto en serie alguna. Si la intención
de los responsables era crear un
personaje que fuera odiado, sin duda lo lograron con creces con este desecho de
humanidad.
Aun en el
momento que escribo estas líneas (pasadas unas semanas desde que terminé de ver
la serie), sigo en realidad sin tener muy claro cuál era la meta de Magira. Lo
que si tengo claro es su carencia total y absoluta de empatía respecto a sus
semejantes. Aunque considerar humano a este detritus viviente es hacerle un
elogio que no merece.
Puede que a
algunos resulte excesivo el número de insultos que le dedico, pero hay que ver cómo
actúa, como se conduce. Una cosa hay que reconocerle sin embargo. Su megalómana
obsesión le permite dedicarse en cuerpo y el ama que no tiene a su meta. Se
centra en lo que desea y todo lo que hace es para lograrlo hacer una realidad. De
hecho, lo lograr... y de qué manera.
Llega incluso
a... No. No lo diré. Es una de las claves del final de la historia. Desvelarlo eliminaría
su disfrute de una manera catastrófica. Es un tópico, pero hay que verlo en acción
para entender lo merecido que es todo el desprecio y desdén que se llega a
sentir.
Pero no solo de
repugnantes villanos vive esta historia. Mañana tendré el gusto de empezar a
presentaros a unos miembros esenciales de Under Anchor.
¡Nos leemos!
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