Gajya es el último habitante vivo de la
civilización Gordom, desaparecida hace cuarenta mil años. ¿Qué quiere? Que su
civilización vuelva a dominar el mundo. Pero siendo el único que queda lo tiene
difícil. Sin embargo, tiene un poder que
quizás sea el mayor de todos. Tiene conocimiento. De cosas que eran secretas
incluso hace tantas eras. Sabe como localizar y como usar no pocas reliquias de
las que buscan los Boukengers. Su choque es inevitable, claro.
Por un lado
tenemos a alguien que es en sí una reliquia viviente y se ha pasado cuarenta
mil años en animación suspendida en un sarcófago de piedra. Por otro, a un
grupo que se dedica a conseguir y almacenar reliquias de eras pasadas. Y dicha
reliquia viviente no es que tenga muy buenas intenciones respecto al mundo
actual.
Gajya es, ante
todo, soberbio, pero en su caso diría que está justificado. Después de todo, no
es que sepa sobre el pasado. ES pasado viviente, y tonto no es. Solo arrogante
y un tanto soberbio respecto a quienes se cruzan con él. Sin embargo, no está
por encima de cerrar alianzas con otros villanos si sus planes lo requieren.
Pero lo que le hace digno de ser mencionado es como acaba:
No muere. De
hecho, logra huir y refugiarse en el mismo sarcófago del que salió. ¿Por qué
pelear? Tan solo tiene que espera runa ocasión más propicia para dominar el
mundo. Esperó cuarenta milenios la primera vez. Puede esperar otros pocos miles
de años de nuevo. ¿Cobarde? Puede. O puede que no. Pero es un final atípico
para un villano.
Y en la próxima
entrega... bien. Quizás hace 65 millones de años no todos los miembros de
ciertas especies murieron...
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