Hoy,
con todos vosotros…
Daimaou.
Un
villano que supo ser paciente y planear a largo plazo. Desde la tumba/altar en la
que estuvo sellado, envió a su hijo para que preparase su regreso. ¿Qué
necesitaba? Poca cosa. Las almas de niños. De muchos, muchos, muchos niños. De
hecho, cuando llega el momento, usa almas de humanos adultos para acelerar el
proceso.
La
ceremonia es cancelada, pero aun así, Daimaou aparece de nuevo en este mundo,
convirtiendo el altar de la misma en su guarida. Más tarde, usa un castillo aéreo
con forma de calavera y unas orejas/alas.
Posee
una ventaja frente a otros villanos. No puede ser destruido. Como encarnación
de todo mal, si así fuera, su influencia se extendería a todo el mundo. Al
final, y tras convertirse en gigante, logran hacer que encoja de nuevo su
tamaño y es sellado y encerrado de nuevo. Así es. No muere. Y existe la
posibilidad de que vuelva.
Es por
tanto, de los pocos villanos que no acaban muertos. No es el único, y casos así
se pueden contar con los dedos de una mano. Este es quizás su rasgo a destacar
y el hecho de que aparece relativamente tarde dentro de la historia.
Y
pidiendo disculpas por lo parco de esta entrega me despido. No sin emplazaros a
la siguiente entrega de la Galeria del Crimen Super Sentai donde conoceréis a
unos villanos con la cara muy dura.
¡Nos
leemos!
4 comentarios:
Nunca se sabe.
Igual vuelve al ruedo con energías renovadas y con muy mala leche por haber sido derrotado.
El tiempo lo dirá.
Pero como espectador agradezco que los héroes tengan una amenaza latente.
Pues este es de los que, cuando ha habido reuniones de villanos nunca ha vuelto, mira.
Love that flying skull.
yeah, menacing even for a flying castle!
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