Tokuviñetas: The Skullman

Hoy toca hablar de un manga que posee una relación intima con lo tokusatsu. Y en concreto, según dice el saber popular, con la más famosa creación del maestro Ishinomori Shotaro. Skullman (o The Skullman) es un manga unitario y cortito, de apenas 100 páginas. Sin tiempos muertos, sin historia alargada…. Va al grano y lo cuenta todo sin adornos innecesarios.

Decía que esta relacionado con su obra más famosa, Kamen Rider. O al menos eso se dice. A nivel estético sin duda. De guión… no estoy ya tan seguro.

Skullman no es un héroe. Es un vengador sanguinario, consumido y obsesionado con ajusticiar a cierta persona cuya identidad se descubre al final de la historia. Parece además (nunca se explica) poseer algún tipo de poder que ofusca la mente de quien se ve sometido a él. En la historia lo usa un par de veces para obtener información de aquellos a quienes se enfrenta.

He dicho que no es un personaje heroico. Y he aquí una muestra más que clara. Un guardia (inocente hasta donde sabemos) se enfrenta a él…

Las primeras páginas (veintidós), nos muestran accidentes y muertes. Todas causadas por el secuaz de Skullman. Nunca se indica, pero es de suponer que lo haga según sus órdenes. No le importa matar o causar muertes, esa es la verdad. El dibujo puede parecer infantil, o cómico. Demasiado sencillo para una historia como esta.

Yo creo que le añade fuerza en las escenas más duras. El contraste entre guión y dibujo le da fuerza a ciertas escenas y personajes (como el detective que persigue al protagonista). El final no es agradable en absoluto. Ni alegre, feliz o risueño bajo ningún concepto. Es triste, violento y letal. Aunque a quien esto escribe le dejó con ciertas dudas referentes al destino final del protagonista.

A mi me resolvió una duda de mucho tiempo y me dejó un buen sabor de boca. Una historia bien narrada, bien contada, sin agujeros de guión, personajes bien caracterizados... Y la longitud justa. ¿Deseable una secuela? Pues por mi parte no, la verdad. El final, aunque me provocó la ya mencionada duda, es el que es, y bien está. Una continuación, por buena que fuera, le restaría fuerza.

Espero que algún día el manga clásico logre el lugar que se merece a este lado del planeta y veamos alguna traducción en castellano.

¡Nos leemos!