lunes, 4 de agosto de 2014

Personaje del Mes: Lady Gold




Lady Gold 

Un personaje cuyos dos únicos propósitos en su existencia parecen ser hacer la vida imposible a los héroes y sacar de sus casillas al Doctor Gusano. No, no es subordinada suya, ni mucho menos. Pero que use el pedestal de invocación como un sillón es algo que no le gusta.

Sus ideas están claras también: Ayudar a la resurrección de Dai Maou… y que quede claro que ella es la mejor. La más atractiva, la más malvada, la más digna súbdita de su señor, más mejor en todo, vaya. Aparece un buen día de repente y sin previo aviso, para lamento del Doctor Gusano, que ver perturbada su malvada paz.

¿Y la reacción de los héroes frente a ella? Al principio desconcierto. Les choca esa actitud de diva de la villana que parece más preocupada de que asientan a su soberbia que de intentar patearles el culo. Actitud, todo sea dicho, que resulta… no molesta. Ni chocante tampoco. Da la sensación de que todo lo que ocurre para ella no es más que una diversión, una forma de pasar el rato.


Es la única villana además en recibir algo parecido a una forma alternativa o aumento de poder. En un momento dado, adquiere la capacidad de asumir un aspecto en el que básicamente, viste con un mono ceñido y la cara esta cubierta con una capucha de rasgos gatunos. Aparte, la acompañan tres “copias” suyas con un aspecto similar al adoptado. Cuando adopta este aspecto deja de lado un tanto su actitud anterior y se vuelve más agresiva.

No puedo decir que la echara de menos como personaje cuando por fin es destruida. La verdad, hasta sentí alivio, porque me ponía muy nervioso. Aunque tiene sus momentos de pura villanía, como cuando se descubre un secreto concerniente a ella y otros dos villanos…

¡Nos leemos!

3 comentarios:

José Andrés dijo...

Otro personaje que desconocía por completo.
Parece carismática, a su manera.

Deka Black dijo...

Es un personaje de Madan Senki Ryukendo ;)

Y carismática no se, pero fuente de angustias para su colega desde luego

José Andrés dijo...

Ya van bien este tipo de personajes, que suelen dibujar más de una sonrisa, aún sin pretenderlo.
Aunque después de un prolongado protagonismo, la paz que deja su ausencia también suele agradecerse.