Dr. Hinelar
Nacido humano... y en parte sigue siéndolo. Ciborgizado
hasta extremos insospechados., antes era conocido como Dr. Samejima. Perdió a
su hija en uno de sus experimentos, lo cual le dejo secuelas físicas y
mentales. Cinco años antes de que empiece la acción, trabajaba junto con Kubota
Ekichi de INET en un proyecto de transito interdimensional... que tuvo éxito.
Tanto de hecho que Samejima acabo siendo succionado hacia la dimensión a la
cual habían abierto un camino.
Acabó en territorio de los Nejirejia. Y vayan los lectores
a saber como y porque, acabó convertido en el segundo de Javious, el líder de
los Nejirejia.
Como buen villano de los de su clase, planeó el asesinato
del líder supremo y usurpación del poder. Lo logró usando a los Nejirangers.
Pero eso tuvo consecuencias. Un magnicidio interdimensional no es un juego de
niños. ¿Su meta definitiva? Convertir en datos a toda la humanidad. Datos que
serian almacenados en tarjetas de memoria especiales.
Un objetivo que le convierte en un villano peculiar. Si
uno se para a pensarlo es un plan mas de dominio y sumisión del enemigo. No lo
niego. Pero en cierto modo es también asegurarse la supervivencia de la
humanidad... más o menos. En todo caso, se ahorra problemas de espacio y
gestión del terreno habitado. Eso hay que reconocérselo.
Casi se me olvida: En el enfrentamiento final contra los
héroes asume esta forma:
Es un villano, en mi opinión, del tipo resentido:
Desprestigiado a causa de un fallo. El cual además le hace perder a una hija a
la cual quiere y mucho. Exiliado de manera involuntaria a otra dimensión. Líder
de una invasión de su mundo natal. Ve aun antiguo socio disfrutando de una vida
que, quizás, piense que debería haber sido suya... Si no le afectase es cuando
si diría que es inhumano.
Pero no lo es. De hecho yo diría que es uno de los
enemigos más humanos de Súper Sentai alguno. Recrea a su hija y la convierte en
su otra mano derecha. Eso significara algo, aparte de que tiene un serio trauma
psicológico.
Mañana, por fin, os hablaré de Javious... no faltéis
¡Nos leemos!
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