Tokusatsu Fanworks: La Película Que Nunca Fué.

Podéis leer la obra comentada aquí y aquí

Hoy en la Dekabase tenemos algo diferente. A raíz del artículo sobre los fanworks, y más atrás aun, se me ocurrió buscar algo para ejemplificar un caso de un buen trabajo fan. Y lo encontré. Con todos vosotros…

Interesante, y eso no se puede negar. El Rey de los Monstruos contra el Durmiente de R’Lyeh. El Poder del Atomo contra los Primigenios y sus secuaces. La historia comienza narrada en primera persona por parte de un policia japonés que sin saber muy bien como se ve metido de repente en un caso que implica horrores más viejos que la misma Tierra.

Es contactado por un grupo que se dedica a investigar (y combatir como puede) a dichos horrores. Y en medio de todo esto, de nuevo surge Godzilla. La receta ideal para la catástrofe y un par de luchas que muchos fieles súbditos llevamos tiempo queriendo ver en la gran pantalla. Como la pelea contra un shogoth. Epica y terrible. Y un recordatorio de contra que se enfrenta Su Radiactiva Majestad. ¿Cuántas veces se ha visto que Godzilla tenga miedo?

Quizás el aspecto humano de la historia no guste a muchos, pero hace falta. Hace falta porque después de todo, en todas las historias oficiales de la saga ha habido una parte humana. A veces muy, muy importante. Y en el caso de los Mitos de Cthulu, este factor siempre ha sido una de las claves. Es necesario para dar un contraste con la otra parte de la trama y que nos podamos identificar con alguien de nuestra misma especie.

¿Y la pelea final? Se puede estar tranquilo. La escena del alzamiento de R’Lyeh sobre las aguas es espectacular. Incluida menciones a la geometría no euclidiana. ¿Y Cthulu? Como todo daikaiju que se precie, posee un ataque característico y especial que no desvelaré. Mejor dicho, posee dos. Quizás uno más pedestre y físico de lo que sería deseable en una criatura así. Pero de todas formas, uno que le da problemas a su rival.

Yo disfruté la historia. Mereció la pena. Y muestra que hay fans que se preocupan de lo que hacen con el objeto de su admiración.

Espero que os haya gustado, y que hayáis disfrutado al menos tato como yo al escribir estas líneas.

¡Nos leemos!