Arqueologia Videojueguil 2: Ice Breaker

El caso de la Colección Sinclair está cerrado. Se detuvo al ladrón (Gragu, un tengu seijin buscado en 30 planetas por contrabando de tecnología), fue juzgado (su Borrado se desestimó) y encarcelado. Pero al parecer pudo realizar copias del software destinadas a coleccionistas privados. Y ahora hay que catalogar todos los programas y realizar un pequeño informe sobre ellos destinado a los demás miembros de la SPD en los planetas en que sea más probable que aparezcan esas copias (de las que aparezcan en la Tierra ya se encargara Hoji. Es bueno). Y me ha tocado a mí la tarea.

Con anterioridad habéis podido leer los dos primeros informes. Y hoy leeréis el primer informe dedicado a un juego español.

En este caso nos encontramos un shoot’em’up de perspectiva cenital y scroll vertical. ¿Otro matamarcianos? No, en este caso hay un punto de originalidad. No estaremos a los mandos de una nave, si no de un bobsleigh de combate. El planeta Tierra ha entrado en una nueva era glaciar debido a una máquina situada en el centro del mundo. Con la ayuda de algunos humanos, la maquina intentará evitar que cumplamos nuestra misión, que no es otra que atravesar la Zona Corvell, única posibilidad de supervivencia.

No solo deberemos preocuparnos de los bosbsleighs enemigos. También deberemos estar atentos al tiempo restante para atravesar el nivel, la energía, el combustible y la munición. Y nada de chocar contra los laterales de la pista, ya que entonces perderemos una de las preciosas y escasas vidas que tenemos.

A lo largo del nivel encontraremos power ups que nos permitirán recuperar fuel, munición y rampas de salto que nos facilitaran el evitar los obstáculos en la pista. Este es un juego muy rápido, y más de una vez nos veremos obligados a usar la tecla de freno para no estrellarnos al tomar una curva o contra los picudos postes existentes en la misma.

El scroll es suave, fluido y continuo, lo cual es un punto muy a favor del juego. Y de su dificultad. Esta característica (el scroll), unida a su velocidad, hará que mas de una vez nos demos cuenta de que nuestro control sobre el bobsleigh no es todo lo bueno que desearíamos.

Gráficamente, el juego es bueno, con sprites definidos, amplia ventana de acción y marcadores claros y una animación sin problemas. Se echa de menos una mayor variedad cromática, pero cualquier usuario de Spectrum sabe que esto muchas veces se sacrifica a favor de otros rasgos sin los cuales se carecería de una jugabilidad mínima y aceptable. Esto se repite con la música, existente solo en el menú de inicio. El Spectrum (incluso en sus últimos modelos) seria una máquina limitada; pero por eso mismo, todo buen juego destacaba aun más entre sus compañeros.

Este juego puede que no pase a la historia, puede incluso que llegue a ser olvidado. Pero entretiene, ayuda a pasar un buen rato. Implica un reto de verdad, que nos incita a superarlo. Y eso es mas de lo que se puede decir de muchos juegos, antiguos o modernos. Y para demostrar que eso de los códigos de “cheat” no es tan nuevo como algunos puedan pensar, aquí va uno de regalo para este juego: Para obtener vidas y tiempo infinitos tenéis que pulsar simultáneamente las letras que componen la palabra “FIGA” una vez aparecido el menú principal.

Y en la próxima entrega: Shadow of the Beast!