La historia de este manga tiene los suficientes puntos de
divergencia con la serie de televisión para poder decir sin equivocarse que es
una historia diferente por completo. Y sin embargo, también posee puntos
esenciales comunes. No estoy diciendo que se trate de replicas exactas de
dichas situaciones, ni mucho menos. No es eso. Pero si que recuerdan a la
versión televisiva en cuanto al papel que juegan en la historia.
El protagonista sigue siendo Minami Kotaro, hijo adoptivo
de la familia Akizuki, criado como un hermano junto Nobuhiko Akizuki. Ambos,
secuestrados por Golgom y sometidos a los experimentos que les proporcionarían
sus poderes. Si, Golgom existe, aunque en esta versión de la historia no hay ni
el más mínimo rastro de los tres sacerdotes, Birugenia ni nada parecido. La
conexión pues es existente, pero minima.
Hay secundarios que aparecen en ambas obras, como la
hermana de Nobuhiko... aunque en el manga desaparece la que en la serie era su
novia. También ha personajes secundarios habituales exclusivos en el manga. Un
hombre y una mujer, trabajadores de un programa de televisión estadounidense
dedicado a hechos misteriosos. Juegan un papel clave y básico en toda la trama.
Se hablará de ellos con más atención en los textos de esta serie dedicados a
los personajes.
El desarrollo de la trama es sin duda lo más propio y
especial de este manga. Empieza con muy poca cosa, en realidad. De hecho, la
primera parte de la historia (lo dos primeros tomos) parece indicar que el
desarrollo va a ser típico, habitual... nada más lejos de la realidad. Antes de
que el lector se de cuenta, cada volumen vuelve la trama más siniestra, tétrica
e inquietante. Logra terminar creando eso tan difícil que se llama «atmósfera».
En este caso, una opresiva, agobiante. Con un constante sentimiento de amenaza
e intranquilidad.
En ese sentido, el final de la historia es uno coherente y
lógico. Es el que la historia pide. Podría haber tenido uno más feliz, con
circunstancias más claras. Sin embargo no lo hace. ¿Extraño? No, para nada. Es
siniestro, dejando al lector con un perturbador sentimiento de inseguridad. No
tanto por quedar más o menos abierto. Porque deja una duda. Una básica y
esencial que sin embargo, de ser resuelta, destruiría todo ese opresivo
ambiente. Es bueno que deje dudando, porque respeta lo narrado y construido.
Es una historia que tiene la honradez de reconocer sus
putos comunes (pocos, escasos) con la serie de TV... Pero que no tarda en
asumir que su medio es otro. En ser valiente y contar una muy, muy diferente
historia.
Y como en toda historia, la trama necesita unos personajes,
los cuales empezaran a ser presentados en la siguiente entrega de esta serie.
¡Nos leemos!
2 comentarios:
Judging by your comments about the ending, can we expect something similar to Henshin Ninja Arashi or Kikaider? That ending give me chills to this day.
Yeah, something similar. The ending of this manga is very dark, sinister... and open, being honest.
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