Zenit, los soldados de a pie de la familia Londarz. En
este caso, robots, generados a partir de una suerte de “púas” que son arrojadas
al suelo. Recuerda este modo de activarlos al de los esqueletos de Jasón y Los
Argonautas, ¿verdad? Como robots que son, su lealtad, por supuesto es absoluta
y fácilmente reemplazables. Son tecnología del siglo 30. Armados con una
especie de cuchillo/rifle de amenazador aspecto.
Unos sicarios de la vieja escuela: Robots, obedientes a su
amo, destinados a caer por decenas frente a los héroes. Y de eso se trata después
de todo. También pueden asumir forma humana... y queda claro que su numero es
limitado cuando Giem abandona a Don Dolnero, llevándose un más que considerable
numero de Zenits con él.
A Giem le conoceréis en la próxima entrega y a ella os
emplazo.
¡Nos leemos!
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