La primera serie Super Sentai (que no tokusatsu) que vi entera fue Tokusou Sentai Dekaranger. Y la que me enganchó a esta maravillosa tradición de aventuras superheroicas. No sabia porque me enganchó, más allá de lo evidente. Me conformaba con disfrutarlo sin más, con sentirme como un niño otra vez.y aun lo hago. ¡Polcias del espacio! ¡Robots gigantes! ¡Y el jefe es un perro que habla!
Pero mi lado adulto detectaba cosas, un “algo” que no me atrevia a indagar por miedo a perder “esa magia”. Preocupación legítima pero sin fundamento, por suerte. Cuando por fin me he atrevido a reflexinar, he descubierto aun más razones para mantener mi gusto y admiración por esta serie.
¿Razones? El que los guiones dejen claro a lo largo de la serie que la Special Police Dekaranger es una fuerza policial a nivel galáctico. Esto es, los Dekaranger son superhéroes, si..Hacen cosas que se salen del todo de lo normal.
Pero tambien son y ante todo, policias. Mantenedores de la ley. Su trabajo no es ni tiene que ser agradable. Se trata de perseguir y apresar a aquellos que violan las leyes sobre las cuales tienen jurisdicción. A veces es peligroso, porque han de infiltrarse en la organización criminal. Con los riesgos que eso conlleva. Otras, el criminal al que persiguen resulta ser un pariente cercano de la novia de uno de ellos. O su pareja actual.
En otras ocasiones han de engañar a personas inocentes con el fin de atraer a un elemento criminal y extremadamente peligroso. Poniendo de esta manera en peligro a dicha persona inocente. Otras han de enfrentarse a criminales que buscan venganza contra quien les arrestó en el pasado y metió entre cuatro estrechas e incomodas paredes de una celda de aislamiento.
Tokusou Sentai Dekaranger es un Super Sentai. Es aventura. Son héroes mayores que la vida misma. Que salvan el mundo antes del desayuno y puede que un par de veces más antes de que acabe la jornada.
Pero también son defensores de la ley. Y eso no es ni tiene porque ser bonito.
En resumen, una serie que me atrajo apelando a mi yo más infantil. Y que me mantiene a su lado explicandose ante mi yo adulto.
¡Nos leemos!
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